lunes, 25 de febrero de 2008

Vamos al cine: John Rambo


Sábado de cine con Sabri, nuevamente disfrutando de una película de “cine de autor” (¿?): la última de Rambo, dirigida por Sylvester Anabolicman Stallone.
Qué querés que te diga, a mí me encantó. Rambo está viejito, calladito y apabullado por la vida. Se dedica a pescar y cazar serpientes en Tailandia, actividad que según parece contribuye como ninguna otra al desarrollo muscular en la vejez (Schwarzennegger muérete de envidia).

"Esta la única cara que puedo poner."


El tema es que lo vienen a buscar para una expedición en tierras birmanas, donde una dictadura militar es el mayor peligro. Y en verdad que estos milicos son unos malos muy malos. Violan, matan, torturan, se ponen borrachos, son pedófilos, fuman habanos, cocinan porquerías y encima, ENCIMA, son feos.

John Rambo dándole a la matraca.


Pero lo que más me llamó la atención de la película es, cómo decirlo… La potencia de las armas. Sisi, eso mismo, nada de la “fotografía” o el “montaje” o esas mierdas que miran los estudiantes de cine. O sea, con eso de la potencia de las armas no hablo del calibre (el diámetro de un proyectil), sino de cómo una bala puede, en su recorrido, desintegrar una cabeza humana, arrojar el cuerpo que la sostenía a unos veinte metros de distancia y “trasca” (como diría mi hermano), perforar un blindaje dejando un agujero del tamaño de un puño. Yo no sé un corno de balística, pero en la película queda buenísimo.

Donatella Versace haciendo cosplay de Rambo.


Una película simplísima (creo que eso está claro), correctamente narrada y que aunque recorre más de un lugar común, logra crear tensión (impensable en otros engendros similares). Ah, y además se da el lujo de usar un par de buenos efectos especiales que me hicieron anotarle otro poroto al Anabolicman.
Yo creo que es suficiente para entretener a cualquier pochoclero que se precie. (Literalmente, compramos pochocho y un vaso de Pepsi -_-U ).
Parece que con los años, algo de oficio adquirió el buen Stallone, como para hacer incluso que nos envolvamos en la bandera de barras y estrellas. Qué asco... Igual prefiero eso y no que se meta a “Gobernator”, como Schwarzennegger.

Esta fue la mejor secuela de Rambo.

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