martes, 5 de enero de 2010

El caso James Miller


John Sweeney es un reportero de la BBC que colaboró con James Miller en Chechenia, Kosovo y Zimbabwe. Fue James quien enseñó a los hijos de Sweeney a hacer surf. Este último escribió este artículo para la Asociación Mundial de Periódicos

James Miller - posiblemente el más destacado realizador de documentales de su generación - fue muerto de un balazo el 2 de mayo de 2003 mientras iluminaba una bandera blanca con una linterna gritando "Somos periodistas británicos", al avanzar junto con dos colegas hacia un vehículo blindado israelí.

Dos años más tarde, el gobierno israelí anunció que el oficial responsable del asesinato de James fue inculpado simplemente por haber infringido reglas de combate, un veredicto que la viuda del cineasta, Sophy, califica de "indignante". James había estado en Rafah, la zona posiblemente más peligrosa de la franja de Gaza, desde hacía más de dos semanas, alojado la mayor parte del tiempo en una residencia privada que la Fuerza de Defensa Israelí (FDI) llamaba “la casa de los periodistas". En la última noche del rodaje se habían disparado tiros, principal o exclusivamente procedentes de vehículos blindados que transportaban a militares israelíes y destinados a blancos palestinos.

Tras un prolongado período de calma, los ocupantes de los vehículos blindados se dirigieron verbalmente a James y a su reportero Saira Shah, quienes realizaron juntos en Afganistán dos películas muy exitosas y premiadas repetidas veces. En las imágenes registradas por la cámara de James, se constata que las tropas israelíes los interpelaron no en hebreo sino en árabe, por lo cual se cree que se trataba de una unidad beduina de patrulla del desierto, compuesta por voluntarios árabes que trabajan a sueldo para los israelíes. Los beduinos no son reservistas israelíes inexperimentados sino combatientes endurecidos que se pasan largos períodos apostados en Rafah.

Preguntaron en árabe: "¿Les gusta Fairuz?" (una cantante folklórica libanesa) y: "¿Usan perfume?" (una frase popular de una serie televisiva egipcia). Según Saira Shah, su manera informal de hablar le hizo pensar que podrían estar bajo el efecto de narcóticos o algo parecido. Dos cámaras filmaron la escena: la de James y la de un corresponsal palestino contratado por la agencia Associated Press TV News (APTN).

Los dos vehículos que habían estado patrullando la zona apagaron los motores y los faros. Se trata de una conocida treta militar: al apagar las luces en la oscuridad, aumenta notablemente la visibilidad nocturna natural y se puede ver a los demás sin ser visto. Por otra parte, gracias a la ayuda militar norteamericana, la FDI está dotada de los mejores equipos de visibilidad nocturna. Los vehículos blindados en Rafah transportan generalmente dos rifles equipados con miras nocturnas que atraen la luz disponible y cuadruplican la visibilidad. James y su equipo estaban instalados en una veranda bien iluminada. Entre la visibilidad nocturna natural y las miras nocturnas especiales, los soldados del vehículo blindando no podían dejar de verlos con claridad y nitidez.

El informe oficial de la FDI sobre la muerte de James es de carácter confidencial, pero ha circulado una versión filtrada donde se nota claramente que, tras algunos tiroteos, volvió a instaurarse la calma nocturna. James había estado filmando con la esperanza de registrar imágenes de los israelíes dinamitando una de las casas abandonadas en el límite de la franja de la muerte, pero aparentemente la FDI había cesado su actividad durante la noche. El equipo decidió dejar la casa desde donde había estado filmando para regresar al amparo mucho mayor de su apartamento en el centro de Rafah. Era el último día de rodaje.

Al divisar los vehículos blindados, decidieron adoptar una actitud natural y abierta, y acercarse directamente para que les permitieran pasar sin impedimentos. James, Saira y su asistente local Aboud se dirigieron en línea recta hacia el vehículo, gritando en inglés y en árabe. Saira llevaba en la mano un pasaporte británico, mientras que Aboud exhibía una bandera blanca iluminada por James con una linterna. El camarógrafo de la APTN filmó la escena desde la veranda. En la filmación se escucha claramente un silencio sepulcral, sin el menor ruido de tiroteo. De haberlo habido, el equipo no se hubiera arriesgado.

Habían caminado unos 20 metros desde la veranda cuando sonó el primer disparo. El grupo se quedó paralizado. Durante 13 segundos, lo único que se escucha en medio del silencio es el grito de Saira: "Somos periodistas británicos". Acto seguido, se oye un segundo balazo que acierta a James en el cuello, matándolo. El proyectil provino de un arma israelí y según un experto forense, fue disparado desde una distancia inferior a los 200 metros. Inmediatamente después de los tiros, la FDI declaró que James había recibido un balazo en la espalda durante un tiroteo. Más tarde, se retractó con respecto a esta información errónea del balazo por detrás. Todos los testigos no integrantes de la FDI declararon unánimemente que no hubo ningún tiroteo, hecho que confirma la cinta grabada por el periodista de la APTN.

Dos años más tarde, la FDI acaba de anunciar que el oficial israelí responsable, cuya identidad no se ha revelado, disparó contra James porque una hora y media antes había visto a un terrorista armado con un Kalasknikov. El oficial reconoció que había reinado la calma durante la media hora precedente al hecho, pero declaró no haber visto a James, por lo cual se habría tratado de un accidente. Sophy Miller dijo que la familia iba a demandar al ejército israelí por daños y perjuicios y a pedir una revisión legal del fallo de no inculpación por asesinato. "Es escandaloso que tras dos años de espera, el resultado sea nulo", declaró la señora Miller.

"Presentaron las cosas como si hubieran hecho todo lo posible por establecer la verdad, por hacer las indagaciones necesarias, pero fueron incapaces de suministrar siquiera pruebas fiables de la noche en la que James fue abatido". La familia Miller califica de asesinato el hecho y acusa al ejército de ignorar, destruir o sabotear las pruebas.

Se demoraron 11 semanas en inspeccionar las armas de los soldados que estaban dentro del vehículo, y se sospecha que dichas armas pudieron haber sido permutadas en el ínterin. Según la FDI, no se podía acusar al oficial de un delito más grave por falta de pruebas balísticas. Sophy Miller declaró que: "En la noche del asesinato, había una unidad militar entera que conocía la identidad del autor del crimen. Si se hubiera querido realmente saber la verdad, hubieran pedido las armas a los soldados esa misma noche y no un mes más tarde.

"Y ahora vienen con que no se puede juzgar al responsable por falta de pruebas balísticas. ¿Qué conclusión puede uno sacar de esto?"

La familia Miller se encontró en Tel Aviv con el abogado defensor, Brigadier General Avichai Mandelblit, quien admitió que la versión del teniente carecía de fundamento y que los soldados estaban enterados de la presencia de periodistas cuando se produjeron los disparos. Pero según Gen Mandelblit, el ejército estaba dispuesto a tomar medidas disciplinarias contra el teniente sólo por infringir reglas de combate y "por su conducta durante la investigación", una manera eufemística de reconocer que mintió a los investigadores.

Según Sophy Miller, los investigadores militares manifestaron una fuerte sospecha de que el teniente era culpable del homicidio ilegal de su marido. "Todavía hay fiscales que sospecharon y siguen sospechando de este oficial del ejército, contra el que sólo se han adoptado ciertas medidas disciplinarias basadas en una investigación viciada desde el inicio", añadió la señora Miller .

Un equipo de la BBC que está investigando la muerte de James mostró la filmación de la APTN a un soldado israelí de servicio, quien declaró que los miembros del equipo no tenían aspecto de terroristas islámicos y concluyó: "Aquello fue un asesinato".

Fuente: Wan Press.

0 comentarios: